sábado

Sábado. 10:30 de la noche. C en Avellaneda y yo comiendo fideos con manteca mientras veo Lanus-Arsenal por gentileza de Walter Nelson. Sobre la mesa se apilan las últimas lecturas paranoicas de estos días: Norman Mailer, Gary Snider, Féliz Bruzzone, Cormac McCarthy. En el monitor, las pruebas irrefutables de la Verdad. Quise escribir un relato slowcore que reprodujera los mismos movimientos rítmicos que agitaron los tambores entumecidos de los Mariscales de la Derrota pero al final me contenté con una hilvanacion de sucesos mínimos relatados por las limitaciones de mi entorno. En voz baja, canto un salmo purificador para afrontar esta noche que comienza: "Para el Papu / la Selección".
Ahora son más de la una de la mañana y recuerdo la noche de ayer: primero, el vago recuerdo de Pocho Lepratti zapateando en mi cabeza la leyenda "An American Prayer" y después el tie break en el balcón: los ojos caídos, buscando un poco de aire, mientras los del taller mecánico le dan manija a la cumbia sanjuanera. En Taringa encuentro un compilado de Corazón Serrano y lo bajo. Me quedo con el afiche que dice "Con la bendición de Dios... Gracias Perú". Busco un poco de inspiración y el efecto es inmediato: tres de la mañana y bailando los acordes de "La suegra", una especie de versión silent majority de aquel clásico inolvidable del Ministro de Turismo panameño. Busco información para sostener mi teoría y no la encuentro. Entonces, me quedo con la letra:
"Señores, tengo un problema que no puedo resolver / mi suegra se me ha perdido y le llora mi mujer. / Avisé a la policía, también a los periodistas / que la busquen mar y tierra / algo le puede pasar. / Sí, le vamos a ayudar / pero nos tiene que dar / qué señas tiene su suegra / para poderle encontrar. / ¿Ha visto el cuerpo de una ballena? / ¡Sí! / Pues ni más ni menos / ¿Y la boquita de un hipopótamo? / ¡Sí! / Pues ni más ni menos / ¿Ha visto cómo mira una loca? / ¡Sí! / Pues ni más ni menos / Sabe mecánica, sabe herrería / Levanta pesas, le gusta el box / Es comunista, es espiritista / Media loca y le gusta el rock."
Lo que me recuerda la noche que fuimos con Morfes y Jaramillo_noise a buscar picante al Kusco Hatuchay. Nos quedamos hablando con Román sobre la comida peruana, la colectividad instalada en Buenos Aires, el tipo de cambio y las aventuras maoístas en tierras japonesas. Román, que supo militar en el Tupac Amaru, nos aseguraba que a Sendero lo bancaba el gobierno, o los milicos, o la Cia, ya no me acuerdo, pero es lo mismo. Lastima que el peronismo no prendió por esas tierras, pensé. Ahora miro los videos de este canal de YouTube y pienso que el que no siente nada al verlos, no existe. Es así de sencillo.

jueves

Con el rock en la piel

- ¿Por qué cambiaste de blog?
- No sé, me aburrí. El otro tenía otra línea, como más seria. Ya fue. Cambié de personaje.
La tarde termina con la pestaña abierta en Clarín.com: el editorial de Kirschbaum que me recuerda a la Feria del Libro y a su rosca sin sangre. Quise escribir algo. Y ahora, sin embargo, amanezco en otro día. No sé qué decir. Empezemos de nuevo.

Acabo de twitear algo que no sé de dónde salió:

Esta bien lo de Clarín: Moyano aprendió de
la Corte, se preocupa por los trabajadores
en negro y hace algo que la CTA no va a
hacer nunca.


Bueno, no sé si se preocupa por "los trabajadores en negro". Distinto hubiese sido el impacto de ese "histórico fallo" que Clarín se ocupó de tener en negrita y en cuerpo large durante casi todo un día en el encabezado de su web; lo que Moyano sí hace es otra cosa, poner sobre la mesa su agenda, forzando al Gobierno hacia un lugar al que la CTA nunca lo llevó, más allá de lo que nosotros, los que entramos al kirchnerismo temprano, seguimos sosteniendo en el equívoco: usar la agenda para forzar una posición del Gobierno. Se viene una época hermosa de pelea por los no sindicalizados, ganando con la fuerza, y eso es lo se que hizo el martes: presionar con todo el grosor de su estética -las fotos, los fernets vacíos, los "activistas"- sobre uno de los mayores distribuidores de agenda, marcandole la cancha al Gobierno. ¿Dónde quedaron los carteles? ¿Donde quedó la Ley de Radiodifusion? Este blog banca a Moyano en esta, o, como bien transcribió Morfes de mano de uno de esos comentaristas anónimos que dignifican su profesión: "Moyano, comparado con los gordos, es marxista..."

Por lo demás, nosotros seguimos en la que podemos. La foto que ilustra este post pertenece a un disco notable de Celeste Carballo: "Celeste y la Generación", de 1986. Celeste está hermosa en esa tapa, tan hermosa como suena la palabra generación en estos oídos aturdidos por el shuffle mental de los días. Pero cuando llega una mañana y encontrás cosas hechas desde la honestidad, construídas antes del efecto que generan y no a la inversa, edificando una ilusión que ni la obra ni la intervención sostienen, sentís que todavía queda un poco de esperanza. Porque, amigo, esto es tener huevos; espero verte algún día escribiendo canciones como éstas: Seré judía / Los poetas de Latinoamerica / Sabemos que vuelvo pronto / Buscábamos vida / No me voy a olvidar / Autosuficiencia / Más que imaginación / Trabas emocionales / Por una bala menos.

Claro que sí

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viernes




















Y el pasado es una referencia, un sistema de valores, una niñez solitaria en el amparo de las instituciones.

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Look at your game girl

Baja de los cerros en forma de comentarios:


"Es como si una berga voladora fue penetrando los cerebros de estos pibes."


Y... no se. Los pibes la vieron y nosotros no. Hay otros antes para crucificar. Si no me creés, entrá a los grupos anti negros chorros en Facebook. O paseá por el Congreso cuando el sapo De Angeli muestra la panza con los compañeros de la Corriente Clasista Capitalizadora.


Hay que preguntarle a Cumbio qué opina del Gobierno.


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Mi abuelo era vitalicio, había sido uno de los fundadores del club. O así me decía él. Yo siempre le creí sus historias peregrinas, sus leyendas de adelantado. De otra forma no se puede vivir. Para que yo tampoco pagara, el de la entrada me hacía pasar por un hueco en el alambrado, y después de una vuelta, me reencontraba con mi abuelo y nos íbamos a la platea. Contaba veinte, veinticinco personas, viejos, parecidos a él, con los pantalones de vestir de tiro demasiado alto, hablando ese acento pastoso de sangre y furia que me había hablado al nacer. Ahí éramos todos españoles, pero yo me sentía gallego, porque papá siempre me insistía con que Galiza nom e Espanha, que nosotros pertenecíamos a un pequeño país conquistado por un Imperio, y que algún día lograríamos recuperar la autonomía. Creo que nunca vi perder por goleada al Deportivo, ni perder mal. Una vez vimos un partido contra Velez en la popular visitante y fue un velorio. Enfrente un puñado de hijos sin futuro, colgados del travesaño de la sangre, alentaban a once diablos mestizos auspiciados por Bieckert. La noche que festejaron su aniversario hubo fuegos artificiales en el cielo y eso todavía lo recuerdo. Después nos fuimos al buffet y a mí me sentaron al lado de Catalano.


"Español, uno de los clubes con menos hinchas que haya jugado en la "A", un equipo que no tenía problemas en ir a jugar de local a cualquier cancha, y acomodar sus 200 hinchas en una escalera, para así recaudar más contras los grandes, y después ganarles en el cesped."

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Yo voy a estar de vincha y jogging, con polvo de ladrillo en el ojal, alentando sacado porque cuando llegás a la red, y medio que se te descoloca el hombro para sacarla de abajo, gritás y no se escucha nada porque la acústica del encierro es rara.
Entonces te queda un sabor amargo y áspero, con muchas ganas de tragar.
Y ahí el gin tonic está barato.


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miércoles

No creo que votar a Ralph Nader sirva de algo. Vonnegut, a quien volvemos todo el tiempo estos días, simpatizaba con ellos. Richard Stallman, quien estuvo ayer invitado por un diputado del FPV y Macaluse, pero que pasó lo suficientemente desapercibido como para que nadie procure la adaptación de las páginas gubernamentales a browsers libres tipo Firefox -y ahora una ley de software libre pasa al arcón de los deseos urgentes junto a la despenalización de la burundanga, la redistribución de la riqueza y la prisión efectiva al gordo De Angeli- también. Mailler, más cínico y más trosco, decía que Lyndon B. Johnson era igual a él, que estaba lleno de mierda. Y esto en una novela-ensayo donde el personaje es el autor y el narrador lo/se ama tanto que ni siquiera se preocupa en recurrir a artificios narrativos para ocultarlo. Un librazo "Los ejércitos de la noche". Pero sigue siendo mejor Sarmiento. Si Sarmiento hubiese escrito el Facundo en primera persona no sé qué hubiese pasado con la política del siglo XX. Tal vez no hubiera existido el peronismo, ponele. O tal vez el peronismo se hubiese muerto en el 74. No sé. Me lo quedo pensando.
En fin, si fuera yanqui hubiese votado a Obama ayer. No tengo el cinismo y la ceguera para inventar una distancia que sólo poseo en mi condición de sudamericano populista. ¿Sabés cómo me hubiese morfado la campaña del Negro? No quiero hacer comparaciones. Si Obama tiene un pasado de amistades terroristas, si además del gabinete Clinton va a haber algún viejo Pantera Negra o antiguos miembros de los Weatherman en el gobierno, si el pasado de Obama es una ruptura con las formas tradicionales de la política -digo y subrayo formas de la política y no la política en sí, sin la cual nunca hubieses llegado-, o si Obama es la forma en que el Sistema se lava para sobrevivir -igual eso siempre es raro y discutible-, o si Obama va a tener tres años de hegemonia y el resto del tiempo lo pasará surfeando entre el odio de los fundamentalistas, o sea, si Obama es parecido a Kirchner, eso nunca se sabe. Tampoco me importa.

Me llega por twitter esto: Jueves 6/11, a las 15:00hs. en Belgrano y Entre Ríos, concentración para marchar al Congreso en defensa del proyecto oficial para las AFJP.

Yo voy.

Mientras tanto, Yanqui Mike, si estás leyendo esto, no te olvides que yo al grone lo banqué desde el comienzo.

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Ayer cuando volvíamos de la presentación de Mujeres de Dios, y de la cena, volvíamos por Costa Rica, comiendo helado, y pasamos por un bar. En la puerta, había una cámara y una cronista de C5N entrevistando a una chica que me pareció semi-afroamericana. Me acerqué a ver quién era y como no la conocía me enojé un poco. Entonces me di cuenta que a nuestro alrededor se hablaba un idioma extraño. Me asomé por la ventana del bar y vi un grupo de gente vivando a una pantalla que pasaba los números de las elecciones en Minessotta. Le pregunté a C de dónde salieron tantos yanquis, y su explicación fue rápida y sintética aunque estaba basada en el capitalismo y en el tipo de cambio.
A la cuadra siguiente vimos a un chico con una especie de monociclo sin asiento moviéndolo hacia atrás. En un momento escuché el bip de un Nextel y pensé que era de él.
Cuando llegamos a casa vimos un poco de CNN y de TN. Y hoy nos encontramos algo conmovidos por la fidelidad sureña hacia el Republican Party. Me odio por ser incapaz de reproducir lo que pasa por el cerebro de un campesino de Arkansas al momento de votar contra un negro que cita a Lincoln y que te recuerda con su historia de luchador de Harvard que perdiste la guerra y que tus antepasados tenían razón en combatir la perversión amoral de la Unión.
Digo: uno extraña a Mailer y a Huey P. y a Vonnegut, pero este momento es ideal para que lo viera Faulkner.
Creo que es en Luz de agosto donde aparece Joe Christmas, el vagabundo ese de sangre negra, piel café con leche, al que linchan por asesino, pero que, en el fondo, linchan porque tiene la sangre del enemigo.
Ojalá que este negro navidad que acaba de ganar su asiento en la Casa Blanca sea un buen storytelling.
Igual, los mejores negros siempre van a ser otros.


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